Con que acompañar un espumante

Desde sus inicios, los vinos espumantes fueron considerados bebidas glamorosas y asociadas a celebraciones sociales, como cumpleaños, casamientos, cenas románticas, etc. Los vinos espumantes son deliciosos de por sí y, por ende, si el maridaje es el adecuado, el resultado puede ser espectacular.

 

¿Qué significa maridar?

El maridaje es el proceso de unir un alimento con un vino a fin de enaltecer el deleite de su ingesta. Es decir, que ciertos elementos que se encuentran en los alimentos y en los vinos, como la textura y el sabor, respondan de manera diferente al mezclarse para encontrar la combinación correcta.

Si bien los espumantes son muy bien valorados como aperitivos gracias a su acidez, el maridaje con vinos espumantes es muy versátil ya que, dependiendo de su estilo, se pueden acompañar con distintos tipos de comida. El maridaje entre los vinos espumantes y las comidas muy saladas es un clásico. Asimismo, esta bebida también se adapta muy bien a las aves, pescados y postres muy dulces.

Tengamos en cuenta que los vinos espumantes tienen dos factores fundamentales que deben tomarse en cuenta a la hora de un maridaje: la cantidad de azúcar (gr/lt), que va desde Brut Nature hasta dulce, y la crianza, es decir, desde el más joven hasta Gran Reserva. Sin embargo, es el cava (variedad española) la opción ideal en cuanto a versatilidad, gracias a su acidez, frescor y aportación carbónica que se complementan a la perfección con los cuatro sabores básicos: salado, amargo, ácido y dulce.

Otro elemento que debemos tener en cuenta a la hora de maridar nuestro espumante favorito es como queremos que éste se relacione con la comida. Es decir, si queremos que se complemente o que haya un contraste.

Maridaje por complementación

Dado que los sabores de las bebidas y los alimentos a maridar son parecidos, lo que se pretende lograr en este maridaje es acentuar el sabor de ambas partes.

Maridaje por contraste

El maridaje por contraste busca unir sabores de distinta intensidad.

Un buen contraste permite resaltar uno u otro producto, o directamente puede enfrentarlos si es que los dos tienen mucho carácter.

Dado que las burbujas rompen con la grasa que se aloja en el paladar, el maridaje entre los vinos espumantes y los platos grasos tiene un punto fuerte.

En el caso de los postres, el maridaje con los vinos espumantes es eficaz, ya que la acidez del carbónico suaviza el exceso del dulce, logrando un balance delicioso.

Las imitaciones del maridaje con vinos espumantes radican principalmente en la unión con platos de alta consistencia, como los guisos u opciones muy condimentadas.

¿Cómo se debe combinar la comida con el vino espumante?

Si deseamos hablar de un maridaje más específico, podemos hablar de grupos de alimentos como ensaladas, quesos, embutidos, arroces, huevos, pescados, mariscos, carnes blancas, postres, etc.

En lo que a acompañar la comida se refiere, los espumantes son uno de los vinos más versátiles del mundo.

Son el maridaje clásico de comidas muy saladas y van de la mano de aves de cualquier tipo, se acomodan mejor a salsas suaves, pero también pueden acompañar algunas fuertes.

Los espumantes semisecos, y en especial los dulces, maridan muy bien con los postres, incluso los de chocolate y los elaborados con frutas.

Los vinos espumantes son buenos a toda hora. Pueden acompañarnos en un brunch, en un sustancioso almuerzo o en una elegante cena.

En resumen, es así como sugerimos que marides tu comida y vino espumante favorito:

Platos grasos: Vino espumoso Brut Nature y Extra Brut

Platos ácidos: Vino espumoso Brut y Extra Seco

Platos dulces: Vino espumoso Semi Seco, Dulce y Rosado

Platos suaves y ligeros: Vino espumoso Joven y Reserva

Platos fuertes y/o especiados: Vino espumoso Gran Reserva

Aperitivos (mariscos, otras, jamón, queso, etc): Vino espumoso Brut

Platos de ensalada: Vino espumoso Brut Joven y Brut Reserva

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